El rito del «Palo Volador», de origen prehispánico, estuvo ampliamente difundido en diversas zonas mesoamericanas; dada su espectacularidad fue motivo de distintas menciones desde principios de la Colonia, tanto por cronistas, frailes, viajeros e indudablemente, hoy día, por diversos estudiosos. Este artículo se propone abordar su significado sobre la base en un análisis comparativo, sincrónico y diacrónico, y fundamentar que no sólo recrean mitos cosmogónicos, sino que estamos ante dos modelos simbólicos que se oponen y complementan de acuerdo con la identidad que asumen los voladores. Uno de ellos vinculado con las fuerzas celestes y masculinas y otro con el mundo subterráneo, lo femenino, y lo anómalo. Dentro de estos dos esquemas, se tratará de ubicar a los hombres que durante su vuelo adquieren la identidad de simios, fundamentando su inserción en uno de los modelos.